El Mito de la Caverna (Libro VII de "La República)
Es una narración alegórica con la que Platón
nos explica su teoría de la existencia de dos mundos: el mundo sensible, el de
las apariencias (que percibimos por los sentidos) y el mundo de las ideas, el verdadero (solo alcanzable mediante la
razón) Describe, metafóricamente, la situación que guarda el ser humano ante
estos dos mundos del conocimiento. Dentro de una caverna se
encuentran, desde su nacimiento, unos prisioneros encadenados de cuello y
piernas, sólo pueden mirar hacia el muro del fondo, detrás de
ellos hay una hoguera encendida, y entre ésta y ellos un camino escarpado, a lo
largo de este, hay un muro de cierta altura por donde pasan unos hombres con
toda clase de objetos que asoman por encima de él. En el muro del fondo se
proyectan las sombras de estos objetos y de los hombres que los portan. Es lo
único que pueden ver y que han visto los prisioneros durante toda su vida. Uno
de los prisioneros logra liberarse y sale de la caverna, conociendo por primera
vez las cosas reales. Deslumbrado por la luz del sol, no logra distinguir entre
lo verdadero y lo que creía verdadero. Mediante el razonamiento, logra
distinguir entre la idea que tiene de las cosas y lo que realmente son las
cosas. Plantón hace una "analogía metafórica: Los prisioneros atados
representan a los seres humanos en estado de ignorancia; las sombras
proyectadas, son las apariencias, lo que creemos que son, el mundo sensible; lo
que está afuera de la caverna, la luz (el sol) es el conocimiento verdadero. El
prisionero liberado representa al filósofo, el sabio, el que deberá guiar a los
hombres ignorantes hacia el conocimiento verdadero a través de la razón.
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