lunes, 11 de febrero de 2019

Guerra de Sucesión Española

GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA

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La Guerra de Sucesión Española fue un conflicto dinástico español que se inició tras la muerte sin descendencia del rey Carlos II de España. El trono de España correspondía a Felipe V de Borbón, nieto del rey francés Luis XIV, pero el miedo de muchas potencias europeas a una unión dinástica entre Francia y España generó que apoyaran al archiduque Carlos de Austria en sus pretensiones al trono español. El conflicto dinástico se convirtió en una feroz guerra internacional que decidiría para siempre los destinos de toda Europa. Este conflicto marcó el punto final para España como potencia hegemónica en Europa, convirtiéndose a partir de entonces en una potencia de segunda fila. El conflicto sucesorio se convirtió además en una verdadera Guerra Civil entre la Corona de Castilla y la Corona de Aragón, que se saldó con la perdida de los históricos fueros aragoneses y catalanes.

Las reformas políticas y económicas que pretendía llevar a cabo Carlos II no pudieron concretarse por la férrea oposición que encontró en los nobles y la Iglesia, los cuales temían perder sus vastos privilegios económicos y sociales.Lamala salud de Carlos II y su falta de herederos convirtieron su sucesión en el principal asunto político europeo. Las vastas propiedades que tenia España eran un ambiciado botín que se empezaron a disputar por un lado Luis XIV de Francia, cuya madre, Ana de Habsburgo, era hermana del rey Felipe IV y su esposa, María Teresa de Habsburgo, era hija de Felipe IV y por otro lado el emperador Leopoldo I hijo también de una hermana de Felipe IV y casado con Margarita de Habsburgo, hija también de Felipe IV. Al estar primeras en la línea sucesoria la madre y esposa de Luis XIV por ser hijas mayores, correspondía a éste la sucesión, pero en el “Tratado de los Pirineos” de 1659, en el que se acordó la boda entre Luis XIV y María Teresa, existía una cláusula mediante la que Luis XIV renunciaba al trono de España a cambio de una compensación de medio millón de escudos de oro.
El conflicto entre las posiciones de Inglaterra y Holanda por un lado y Francia por otro se resolvió mediante el Tratado de la Haya de 1698, denominado posteriormente “Primer Tratado de Partición”. Este tratado reconocía al nieto de Leopoldo I, e hijo de Maximiliano II de Baviera y María Antonia de Austria; José Fernando de Baviera como heredero de los reinos de España, Cerdeña, los Países Bajos españoles y las importantes colonias americanas, quedando el Milanesado para el Archiduque Carlos de Austria, hijo y heredero de Leopoldo I y las posesiones italianas de Nápoles, Sicilia y Toscana para Francia.
España se ofendió al enterarse de la existencia del Tratado de Partición de la Haya, ya que su opinión no había sido consultada, y por tanto lo rechazó totalmente. El rey Carlos II, para evitar que las potencias europeas dividieran el imperio territorial español, declaró a José Fernando de Baviera como su único heredero, legándole toda la herencia territorial en solitario y resolviendo sagazmente el problema. Pero un año después, en 1699, el conflicto resurgirá al morir de viruela el príncipe José Fernando de Baviera. El rey Carlos II de España, gravemente enfermo, fue presionado por su esposa y la facción pro austriaca de la Corte para elegir como sucesor al archiduque Carlos de Austria. Asimismo, la Corona de Aragón apoyaba la opción de sucesión austriaca, ya que temía perder sus fueros en caso de que los franceses gobernaran y ,siguiendo el estilo impuesto por Luis XIV en Francia, decidieran imponer un nuevo modelo de estado basado en un centralismo férreo. Por su parte, Francia, Inglaterra y Holanda llegaron a un nuevo acuerdo y firmaron ese mismo año el “Segundo Tratado de Partición”, mediante el cual el Archiduque Carlos de Austria heredaría todas las posesiones españolas menos las italianas, que pasarían a Francia.
En septiembre de 1701 se creó oficialmente en la Haya, la denominada “Gran Alianza”, un alianza militar formada por los reinos de Austria, Inglaterra, Holanda y Dinamarca.Finalmente, tras unirse ambos ejércitos, el ejército aliado se enfrentó, el 13 de agosto de 1704, con las fuerzas franco bávaras en la decisiva Batalla de Blenheim, que se saldó con una terrible derrota para los ejércitos de Luis XIV y sus aliados, los cuales tuvieron 40.000 bajas. Tras frenar la amenaza bávara Marlborough avanzó hacia el río Mosela, tomando las ciudades de Trier y Trarbach. En 1710 los aliados iniciaron su última ofensiva buscando obtener la victoria de una vez por todas. El Archiduque Carlos inició sus avances en España, su ejército, al mando del príncipe Starhemberg y apoyado por voluntarios catalanes y valencianos, derrotó a los borbónicos, el 27 de julio de 1710, en la Batalla de Almenara, tomando posteriormente Zaragoza y Madrid.
La Guerra de Sucesión acabó con el poder hegemónico de España en Europa, a partir de entonces Inglaterra y Francia serán las potencias dominantes en el continente europeo. España perdió poder político y militar, pero por lo menos ganó una familia de gobernantes que tratarían de emprender las reformas sociales y económicas que tanto necesitaban los habitantes del país y de sus colonias. La Guerra de Sucesión permitió la forja de España como nación unificada y prospera. 

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